martes, 29 de octubre de 2013


A veces, emborrachados por los descubrimientos y logros incesantes de la ciencia moderna, de forma inconsciente, guiados por el hecho de que el conocimiento es generado cada día, nos vemos secretamente guiados a “sentir” que la realidad se fabrica en ese momento. Como si el ‘top quark’ no hubiera existido hasta su descubrimiento. Como si la curvatura del espacio-tiempo no hubiera existido en la época de Euclides. Como si la naturaleza cuántica de la fotosíntesis no hubiera sido. Un algo simplemente inexistente.

Lo maravilloso, lo sorprendente es que siempre han sido. Pero no solo ellos, sino todo conocimiento futuro. Toda base del conocimiento futuro que pueda existir alguna vez. Todo cuanto es posible expresar como tal. Todo ello, lo inimaginable, lo lejano y lo cercano, el borde mismo del Universo, existe.