martes, 26 de septiembre de 2017

Jojutla

De niño crecí en un lugar que, junto con la formación académica me mis papás, moldeó en gran parte mi amor por la ciencia. Vivía en una unidad habitacional que tiene una vista muy amplia hacia el valle del suroeste de Morelos con dos volcanes en el fondo. El paso de las estaciones es muy notorio en esa zona de México gracias a los cambios en el color de la vegetación en los cerros, el ir y venir de los glaciares de los volcanes y las "lluvias" de tisne del final de la zafra azucarera. La cerros también me daban una referencia para darme cuenta que el Sol salía en un lugar diferente a lo largo del año, efecto que noté muy bien durante la formación de las mañanas en la secundaria. Las fumarolas del Popocatepetl eran muy comunes y siempre visibles por el clima. Las tormentas eléctricas también son particularmente intensas en esa región, algo que sólo noté hasta que me mudé a otros estados. Hasta la fecha no he estado en un lugar de México en dónde haya tantas especies de plantas y animales en un mismo patio como en ese lugar. Jojutla siempre me recordó que la Tierra es un lugar vivo y de constante cambio. Este mes lo ha hecho más que nunca y nos ha dado a muchos un recordatorio de lo frágiles que somos los humanos ante el poder de la naturaleza

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El 26 de septiembre de 2007 publiqué la primera estrada en este, mi primer y único blog continuamente activo. Me hubiera gustado que mi entrada de X aniversario tuviera un tema menos sombrío. El de 19 de septiembre de este mes ocurrió uno de los sismos más devastadores en la historia de mi país. Mis primeras entradas hablaban de la región, ahora en buena parte en ruinas, en la que pasé toda mi infancia. Nunca nos pasó por la mente el vivir en Jojutla un desastre tan grande. Los sismos siempre fueron frecuentes pero nunca pasaron un breve susto. De niños crecimos haciendo colectas de vivieres hacia lugares que nos parecían muy lejanos. Este fue un tema recurrente entre mis amigos de la infancia con quienes estuve apoyado como brigadista de remoción de escombros desde el martes pasado hasta el domingo. Caminar por aquella ciudad ciudad tan querida reducida a una zona de guerra me provocó una sensación extraña de irrealidad. Al mismo tiempo el ver el compromiso de tanta gente me animó de forma inesperada. Por ahora las emergencias ya están atendidas y solo queda trabajar en las demoliciones y reconstrucción. Aún hay un largo camino por trabajar. Me hubiera quedado más tiempo pero desafortunadamente tenía acceso a internet sólo por breves momentos y no me dí cuenta que la BUAP reanudaba labores hasta el 2 de octubre. Sólo tenía que regresar por mis tramites de titulación. Posiblemente regrese a apoyar este jueves.  

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