domingo, 15 de noviembre de 2015

Temas de actualidad

Yo que soy un derechairo-liberal declarado tengo la sospecha que el atentado en París ha sido un evento de falsa bandera. De ser verdad podría ayudarnos a nosotros, ratas de ese laboratorio sociológico llamado Facebook, a decidirnos de que lado estar en esta batalla virtual. Pero ahora, ¿hasta que punto una bandera representa al Leviatán o representa al pueblo? Aún resolviendo eso queda otro problema, ¿a que pueblo se le debe mostrar empatía? A todos en el caso ideal, por supuesto. Pero esta solución genera otro problema; por más utopías que quieran sacarse de la manga, los seres humanos no podemos vivir sin fronteras (en todos los contextos posibles). Siempre he tenido como lema personal esta frase de Huygens, "El mundo es mi país, la ciencia mi religión", pero me he dado cuenta que en un contexto no político, esto no es verdad para mí. Existen muchos grupos sociales que respeto (siendo terriblemente sincero, otros no) más no puedo identificarme. Cargo en mi mente, como todos, fronteras invisibles definidas por reglas de pertenencia social. Y aquí una triste verdad. Aunque lo correcto sea mostrar empatía por la humanidad entera, la paradoja de la elección viene a arruinaros la paz. Elegir todo no es diferente a elegir nada.

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